El mismo día de la llegada de la primavera se celebra en nuestro país el Día de la Juventud, un día que conmemora la alegría y desarrollo del ser humano que se asemeja a la etapa primaveral de los jóvenes.
La juventud es una etapa de especial importancia en la vida humana. La Organización de las Naciones Unidas la ha definido como la edad que va de los 15 a los 25 años.
Sin embargo, la definición puramente cronológica se ha mostrado insuficiente. La juventud es un proceso relacionado también con el período de educación en la vida de las personas y su ingreso al mundo del trabajo. Profundizando aún más en la idea, la juventud es una etapa de la vida donde se concretan en las personas las oportunidades que la sociedad, las instituciones del Estado y las familias les han brindado. En esta etapa se decide qué clase de persona se desea ser y se trabaja por llegar a ser esa persona.
Los jóvenes tienen el don de la apertura de pensamiento y son sumamente sensibles a las tendencias nuevas. Además, aportan su energía, ideas y valentía para hacer frente a algunos de los retos más complejos e importantes que afectan a las comunidades. Con frecuencia comprenden mejor que las generaciones mayores que podemos trascender las diferencias religiosas y culturales para alcanzar las metas que compartimos. Luchan por los derechos de los oprimidos, incluidos quienes sufren discriminación por motivos de género, raza y orientación sexual. Y suelen ser los principales defensores de la sostenibilidad y los estilos de vida ecológicos.
Para brindar las mejores condiciones a la juventud se requiere previamente atender adecuadamente a las niñas, niños, pues son los futuros jóvenes. Antes de llegar a esta etapa se fundamentan su futuro, valores, educación, preparación para la vida y para ser personas de provecho para la sociedad, posibilitando que actúen como agentes de cambio social, desarrollo económico y progreso, desde la etapa de juventud y durante la adultez.