Cada tercer domingo de junio se celebra el día del Padre, una fecha en la que no solo festejamos la existencia de una figura paterna en la familia; en la que no solo recordamos tener que comprar un regalo bonito o armar una actividad en el colegio para arrancarles más de una sonrisa. El día del Padre es más que solo una fiesta, es un espacio en el que reconocemos el esfuerzo que hacen por darnos lo mejor: Lo mejor en alegría, lo mejor en seguridad, lo mejor en una vida digna y, sobre todo, lo mejor en amor.
Papá es compañía, es sentir que tienes un espacio seguro y en el que puedes confiar tanto tu vida como tus ideas. SÍ, es posible que sientan que en este proceso de crecimiento somos muy apegados a nuestras amistades, ya que representan nuevas experiencias con las que compartimos intereses en común y somos muy felices. Sin embargo, es tambien en este proceso en el que resalta la importancia de tener una mano amiga, de la que podamos recibir consejos y nos ayuden a tomar buenas decisiones a lo largo de este camino. Ustedes son esa mano.
Papá es incondicional, es sentir que a pesar de todos los problemas y el camino difícil en el que andamos, siempre habrá una persona que no te dejará solo o sola. Si papitos, tambien nos damos cuenta de lo difícil que somos como hijos, no solo por nuestra conducta o las notas hermosas que traemos, sino porque estamos y estaremos siempre expuestos a una vida lleno de riesgos, aciertos y fracasos. ¿Pero saben una cosa? En esta carrera por el túnel de la vida, el mayor de los motores que nos empuja a seguir adelante es la seguridad de encontrar en esa luz final a personas que nunca perdieron la fe en nosotros y que aplaudieron cada una de las veces en las que tuvimos que levantarnos de nuestras caídas. Ustedes son una de las más importantes piezas de esa esperanza.
Papá es amor, porque siempre habrá un espacio para recordar que somos familia. Todos tenemos días bastante pesados; días en los que todas nuestras energías han sido absorbidas por el universo y solo esperamos llegar a casa para tomar un descanso. Sin embargo, nunca faltará un momento al final del día o de la semana, en la que un abrazo, una palabra bonita o un simple gesto de afecto será suficiente para sentir que alguien nos ama y que esa persona, es Papá.
El tiempo es un regalo que no tiene límites, no da pausas ni retrocesos y sabemos que todo lo que hacen por nosotros está acompañado de esos nervios por sentir que el tiempo pasa corriendo y esa adrenalina de vernos triunfar en el futuro tal como lo pensaron la primera vez que supieron que llegaríamos a este mundo. Ante ello, hay tres cositas que decirles. La primera es que cada paso que damos siempre es un abanico de posibilidades y que no siempre podremos construir el edificio más alto para la envidia del universo. La segunda es que nada de lo anterior está mal, ustedes tambien nos han enseñado que el mundo no es perfecto y que al final del día lo importante es ser felices. La tercera es que ya lo somos, por que cada ladrillo que nos han enseñado a poner siempre estará allí y si no tenemos el edificio más envidiable para el mundo, tendremos la casa más hermosa y especial para nosotros. No necesita ser perfecto, necesita ser especial y eso lo ponen ustedes.
Papá presente, papá que está trabajando, papá que está acompañándonos en el cielo y mamita, abuelito, abuelita, tía o tío que está presente en nombre de papá, hoy deseamos que reciban ese abrazo que quizás hace mucho no les damos. Hoy, queremos celebrar la existencia de esa figura paterna, queremos que reciban ese regalo bonito y disfruten de esta actividad que hemos armado para ustedes. Pero, sobre todo, queremos que hoy sientan lo importantes que son en nuestras vidas, estén donde estén y de la forma en como puedan estar.